Estoy cansada de mirar, de reir de respirar
escribir sobre un teclado negro
que cae a mi espalda, burda, sesante
no me deja de golpear.
Por esa puerta has de entrar, enorme,
teñida y con la mirada volcada al azar
Extraña y con sangre fria te acoplas
a tu mundo real
Me ofreces la mano derecha con condiciones
que no estoy dedicida a apoyar
te respondo con la cabeza perdida,
después de un sueño largo y tenaz
Exiges que sigue aquí yo solo alego con un si
para ti eso es estar.
Varinia.
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